sábado, 17 de agosto de 2013

PRINCIPIO Y FINAL

PRINCIPIO Y FINAL

Hay un punto donde es posible ser verso
donde la equivalencia controla el deseo
y donde también, el misterio alucina sin remedio.

Ella lo sabe. Ella lo guarda. Ella lo impregna.

Ese punto no sabe de cuestiones suspensivas,
sí sabe, de naturalezas perfectas de armonías.

Entiende ella, que ese punto puede cambiar un mundo,
hacer que lo imperfecto se desnude de simetría,
hacer que todos los motivos valgan a pesar de las derrotas
y que haya causas de movilidad en la inmediatez
donde se ahogan el horizonte y la bienvenida.

Ese punto, según ella, tiene la receta para los amantes,
aquellos que osan con desafiar las leyes de la alegría.

Él, comienza por el punto de partida
inclinándose en la mordedura hambrienta
de aquellos, los labios de ella,
que denuncian la sed y la codicia.

Él, deberá sucumbir en el eje de todas las mañanas
si desea fecundar la crónica final de todas las energías.

Solo así, podrán ella y él, desde la equivalencia del deseo

escribir el punto final donde el secreto se rinde ante el verso. 





Autorretrato

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