INVITACIÓN
No trates
de ver en mis manos seducidos jardines
y ni
tan solo siquiera alguna manía de pájaros de circo.
Puedes
confiar en el acento de mi fantasía
allí
sí, puedes voltearte a ver en forma voraz.
Guardo
la convicción innata del poder de la cima,
el
sabotaje de un secreto solo mío y de la hora
y la
memoria pernoctada en los tildes de mis labios.
Camino
al filo del sufrimiento corrosivo
desangrando
la sal de la alegría inalcanzable
disfrazando
de payasos a los fantasmas.
Pero
además, resucito mañanas de septiembre
en
mis habitaciones con inclemencias de agosto,
alimento
incendios sin culpas
en la
desventura del buen pecado
sin
crear adioses partidos a la mitad
mientras
olemos el beneplácito de la cita
y
aunque no lo creas,
oirás
el canto de mariposas sin despegar
en la
cúpula del balcón de tus oídos.
Puedes
pasar, estás invitada, nada protocolos
nada
de rituales, nada de pactos, nada de normas
hay un
lecho de galaxias por descubrirnos.
pintura Antonio Correa
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