POEMA
URGIDO
Amor,
estoy urgido de rezos y versos.
Las palabras,
las voces y los sentidos
duermen
por tu culpa su invierno.
Un
almanaque averiado en amoríos
me amarga,
me llora y me deshace
tratando
de enterrar la cintura del olvido.
Los
restos adelgazados del penúltimo sorbo
sabrán
a crónica de un último veredicto.
Amor,
esta noche, los espejos de la muerte
se
reirán sin desmayarse, sin importarles la gracia
y me
harán tan miserable cuando se pronuncie la mañana.
Pero si
vuelves tú, empapada de existencia
y a
quemarropa te me disparas en el cerebro
y me
atraviesas en el desorden de todos los gestos
y te
quedas tan insoportablemente ufana
dominando
la sangre que arde en la garganta
y violentando
incurablemente la furia del latido,
todas
las respuestas de salvación entrarán por la ventana.
Así
sabrás amor, por qué te digo
que
estoy urgido de rezos y versos.
Es
que tú, tienes la llave que abre la puerta del infierno.
pintura Antonio Correa
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