HACERNOS
DE POESÍA
Nos
hemos apetecido en el prostíbulo de la poesía.
Si,
allí mismo, en lo contiguo
donde
los versos se visten de orgía.
Los
verbos han profanado literalmente
la
complacencia impenetrable del deseo,
la
facultad de los instintos ha mordido
toda
epidermis donde se desviste la rima.
Siempre
importa cómo se gocen los adjetivos
y que
el condominio del sustantivo sea afilado.
Quizá
la sorpresa declame en el gesto de un soneto
o se
rebusque sin importar que de epigrama se vista.
Solo
bastará
con
la severidad consonante de una juventud intempestiva
que
todas nuestras voces sean una sola voz
para
masticarnos con rabia en la vocación de la poesía.
Es
posible que desde allí, nos empapemos de para siempre.
Autorretrato
No hay comentarios:
Publicar un comentario