POEMA
IN-CIERTO
A
diario, me aturden desorbitados
los
ciclones y las cornisas del deseo,
entonces,
no consigo correr ni escaparme,
es
que resulta imposible, vencer lo apetecible.
Las
faldas se despeinan en tus muslos sin derrotas,
la
adolescencia constante del devenir
humedece
de aguaceros tu boca que denuncia.
No
es anónimo, el paso sin cambios de tu presencia
ni
guarda compostura la flecha de tu vientre cumplido.
Qué
más da, creer que la campana se vive en tu pecho
creer
que tienen pecados, las jaulas abiertas de tu cielo
y
creer que la agonía del paraíso, se vive en tu infierno,
qué
más da, creer, si pretendo profesar el misterio de lo cierto.
Basta
que las venas se desangren de poemas abiertos
basta
que se pronostique sin medida el verbo del beso
basta
que las cumbres expropien lo visceral del viento
para
que la garganta en fiesta, de la llama, no se extinga
para
que el secuestro inexorable se desvista en el anhelo.
Y
pongamos que no hablo de sexo.
Pintura Antonio Correa
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