DESEO
Ese día,
después del ayer
cuando se
muera este calendario
en el primer
paso hacia tu abrazo,
ese abrazo pleno
de apetito de ti,
desearé que,
que el
encuentro nos encuentre,
que el contigo
sea el conmigo,
que sigas
siendo mi dios y mis pecados,
que guarde mi
razón el corazón de tu pertenencia,
que más allá
del cielo nos habiten las miradas,
que la
inocencia sea nuestra libertad
y que la
libertad sea nuestra inocencia,
que la
revolución, tu revolución y la mía
nos arañe por
siempre las vísceras,
que mis
motivos sean tus motivaciones,
que todas mis
puertas tengan tus llaves,
que todos mis silencios
tengan todos tus sonidos,
que todas mis
direcciones tengan tu norte,
que todos los
párpados guarden esos ojos tuyos
que son mi
mirada,
que todas mis
noches tengan por sol a tu luna,
que todas mis
lluvias tengan el sudor de tu cuerpo,
que todas tus
palabras se desvistan en versos
por siempre y
para siempre desde mi boca,
que todas mis
cenizas tengan el fuego de ti,
que todas mis
soledades tengan tu compañía,
que la ría de
tus venas
sean la
sangría de todas las predicciones
donde se
sonríen por siempre
mi lengua y
mis labios,
que lo
cotidiano de tu respirar
sea el
amanecer de todos mis suspiros,
que el acecho
tenga al divague
en lo
extraordinario de la convocatoria
adonde fluye
tu camino, que es mi camino,
que la
resistencia de todas mis luchas
tenga por bien
nacida en la raíz de tu génesis,
y que todas
las metáforas
tengan la
descripción inconclusa
de todos los
ángulos de tu ser,
para seguir yo,
descubriéndote,
creciéndote,
creciéndome.
pintura Antonio Correa