NUESTRO
SECRETO
Entre
tus disloques y mis contracciones
se cultiva
el acto solemne de la caricia.
Nada
importa que suceda alrededor,
el
todo está, en la precisión continua
donde
el trueno desnuda sus rayos
y
donde sin mediar palabras de realidad
el
método nos conduce al precipicio.
Aún
así, siendo no importa qué día
nos
avanza el descosido temporal del suspiro.
Mendigo
el segundo desteje el reloj
y el
tiempo se muere sin habernos avisado.
Jamás
tendremos la llave que no poseemos
porque
el accidente es el dueño de la circunstancia,
y así,
nos desvestirán siempre esos, los centímetros
que
se chapotean en el filo del escándalo.
Parecerá
a aquellos que no se han ideado
que
la gloria siempre es de una sola devoción.
Tú y
yo, sabemos que no lo es.
Autorretrato
Siempre tus imágenes que conmueven profundamente! !
ResponderEliminar"Mendigo el segundo desteje el reloj
y el tiempo se muere sin habernos avisado."
Y así recorremos el poema y ese final casi intocable,pero profundo:
"Parecerá a aquellos que no se han ideado
que la gloria siempre es de una sola devoción.
Tu y yo,sabemos que no lo es"
A lo largo de una vida existen múltiplas devociones;unas permanecen,otras se nublan,otras desaparecen.
Precioso poema.Un beso grande de tu amiga,Dea.