lunes, 8 de octubre de 2012

PUEDO DECIRTE VIDA MÍA



PUEDO DECIRTE VIDA MÍA


Puedo decirte vida mía que he recorrido muchos alfabetos
de cuántos son muchos y cuán grandilocuentes son
no me lo preguntes, no tengo la más remota idea,
he discurrido y he descubierto esos alfabetos vida mía,
desde la prosa, el ensayo, la parodia y la poesía
hasta el cuento, el monólogo, la historia y la biblia,
desde la oda, el himno, el romance y la mitología
hasta la canción, el epigrama, la epopeya y la crítica.
Y  puedo decirte vida mía, que de todas esas sangrías
no hay ninguna que se conjugue como tu carne viva
cuando mi lengua y tu cuerpo se confluyen en perfecta simetría,
y que ninguna se compara al sujeto, al predicado y a los verbos
de las odas que se leen y se cantan en el eco de tu geografía.
Y he seguido ideando y desvistiendo esos alfabetos vida mía,
desde la sátira, la fábula, la leyenda y la elegía
hasta la ópera, el drama, la tragedia y la comedia
desde la novela, la epístola, el melodrama y la zarzuela
hasta la didáctica, el oratorio, el apólogo y la biografía.
Y puedo decirte vida mía, que de todas esas sangrías
ninguna conjuga desde ellas el goce reivindicativo
como el sacrilegio explosivo de tu boca  interrogativa
cuando converge perfecta en las estrofas plenas de sintonía
en que la piel, la carne, la sangre y el alma, se lían.






pintura Antonio Correa

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