ABRAZO PLURAL
Así, con la simplicidad que te estruja el día,
con sus rutinas, con su contundencia,
con sus asperezas y sus consistencias, te
abrazo.
Te abrazo,
desde la fantasía abstracta de todos los acordes
cotidianos
a los vaivenes sincronizados de mis estados,
desde la descarga húmeda de la tierra de lluvia
al café excitante penetrando en mis sentidos, te
abrazo.
Te abrazo,
desde el paso único en que sobreviven mis
músculos
a mis labios impertérritos mojados de tu sed,
desde la semilla fecunda donde se pare la vida
que sistemática y automáticamente vierte tu
desnudez
a la sintomatología promiscua de todos los
dioses
en que mis entrañas de furia te traen a mi, te
abrazo.
Te abrazo
desde la sintonía y frecuencia de nitidez
en que habitan los instantes de mis exhalaciones
al bordado íntimo donde leo las oraciones
en el anverso y el reverso de tu libro diario,
desde una piedra lanzada al vacío de una marea
al aire confuso, descomprimido y radical de mis
divagues
empapados de alcohol, sangre y humo, te abrazo.
Te abrazo,
desde la rebelión sediciosa y sin coincidencias
en que nos habitamos distante de lo efímero
a lo ceremonioso de tus callejuelas claras
que en centinela conciben vuelos de mariposas ,
desde la sombra que te persigue en el instante
presurosa de que te fugues sin avisarme
al convidado placer de sentirte y soñarte
mientras en tu puerta golpeo encendido, te
abrazo.
Te abrazo
desde todas las irracionales distancias y
semejanzas
que la senda libertaria nos une y nos disgrega
a lo inmensamente racional de sentir tus poros
respirando desde mis poros a miles de
quilómetros de tu piel.
Te abrazo, te abrazo de ésta manera, de aquella
manera,
de todas las maneras, pero desde la manera más
plural,
la de tenerte engendrada de alegría en el abrazo.
pintura Antonio Correa
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