sábado, 19 de enero de 2013

TODAVÍA QUEDA POR ESCRIBIR


TODAVÍA QUEDA POR ESCRIBIR


Porque rompo en mil pedazos
las historias vacías de mil papeles.
Los intentos de poemas no nacidos
se rompen y mueren antes de nacer.
Siento que no me queda nada por descubrir,
que no me queda nada en que manifestar
siento que ya, está todo escrito,
que ya, está todo
implacablemente descifrado,
cada letra, cada palabra, cada verso,
cada poema multiplicado en poesía
alguna vez ya fue escrito y dicho,
porque todo está en el universo
cada sustantivo, cada adjetivo,
cada predicado y sujeto, cada verbo
fueron todos paridos en oraciones,
cada sentimiento hacia todo
ya fue intensamente puntualizado.
Porque rompo en mil segmentos mi mente,
porque desangro en mil piezas mi corazón
y encuentro en el divague de las palabras
que ya nada queda por escribir
que todo deambula desde siempre
en los papeles o en las fábulas
escritas y descritas en la historia.
Siento que los papeles morirán mudos,
fríos y descuartizados en el intento,
y mientras sigo despedazando todo,
tú estás allí,
allí, tan inmune a mi locura,
sumida en el sueño que sola te vive,
deslumbrándome en tu actitud soberana,
seduciéndome en tu simpleza despejada
y cautivándome plena de estaciones,
allí, en la sangría del paisaje
de todas las madrugadas,
sin exilios indomables,
tan cercana en la memoria de la piel
y absolutamente semillada en agua,
allí, en el alarde voluptuoso de tus mapas,
en la cercanía del infierno que seduce,
en la doctrina que vuela desde tus ojos,
allí, plena y templada en tu arquitectura
imperfectamente perfecta,
embebida de naufragios de uva
y glorificando todas la coincidencias
que se desviven al placer del encuentro,
y me acerco al papel en blanco de tu piel
y te rozo, y me rozas, y nos rayamos en caricias
y entonces,
entonces me convenzo que todo,
todo, todavía se está por escribir.




Foto Antonio Correa

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