TODAVÍA QUEDA
POR ESCRIBIR
Porque rompo
en mil pedazos
las historias
vacías de mil papeles.
Los intentos
de poemas no nacidos
se rompen y
mueren antes de nacer.
Siento que no
me queda nada por descubrir,
que no me queda
nada en que manifestar
siento que ya,
está todo escrito,
que ya, está
todo
implacablemente
descifrado,
cada letra,
cada palabra, cada verso,
cada poema multiplicado
en poesía
alguna vez ya
fue escrito y dicho,
porque todo está
en el universo
cada
sustantivo, cada adjetivo,
cada predicado
y sujeto, cada verbo
fueron todos
paridos en oraciones,
cada
sentimiento hacia todo
ya fue
intensamente puntualizado.
Porque rompo
en mil segmentos mi mente,
porque desangro
en mil piezas mi corazón
y encuentro en
el divague de las palabras
que ya nada
queda por escribir
que todo
deambula desde siempre
en los papeles
o en las fábulas
escritas y
descritas en la historia.
Siento que los
papeles morirán mudos,
fríos y
descuartizados en el intento,
y mientras sigo
despedazando todo,
tú estás allí,
allí, tan
inmune a mi locura,
sumida en el
sueño que sola te vive,
deslumbrándome
en tu actitud soberana,
seduciéndome
en tu simpleza despejada
y cautivándome
plena de estaciones,
allí, en la
sangría del paisaje
de todas las
madrugadas,
sin exilios
indomables,
tan cercana en
la memoria de la piel
y
absolutamente semillada en agua,
allí, en el
alarde voluptuoso de tus mapas,
en la cercanía
del infierno que seduce,
en la doctrina
que vuela desde tus ojos,
allí, plena y
templada en tu arquitectura
imperfectamente
perfecta,
embebida de
naufragios de uva
y glorificando
todas la coincidencias
que se
desviven al placer del encuentro,
y me acerco al
papel en blanco de tu piel
y te rozo, y
me rozas, y nos rayamos en caricias
y entonces,
entonces me
convenzo que todo,
todo, todavía
se está por escribir.
Foto Antonio Correa
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