CINCO MINUTOS
DE INCERTIDUMBRE
¿A que sabrán
éstas letras
en que se
descargan éstas sensaciones ?
Éstas letras
venidas este día
que aprisiona
el enero a mi garganta
dolientes de
sombras tal vez
o inertes en
la derrota sedienta
del
desesperado calor que me arde
mientras se
abanican las ganas frías
en imágenes
falsas de playas descalzas.
Creo que éstas
letras
han venido a
descifrar
las provocativas
marcas
que nos deja
el segundero
tiñendo de matices
el verano de su
discurso
sin incumbirles
los efectos
ni el período
del día.
Éstas letras
que logran
su propósito
de despertar
a pesar de que
se empeña
el después del
mediodía
en hundirse en
los sorbos
de un vino cualquiera
tan descarriado,
como turbio,
mal oliente y sin
rastros de hielo.
Éstas letras que
me incendian
y me carbonizan
sin más
en el tránsito
que va
desde la
yugular hasta las vísceras.
¿A que sabrán
éstas letras?,
¿me lo podrías
decir tú?,
porque mi yo,
se descabeza
en el sueño y en la impotencia
apática y negligente
de ésta borrachera
tan
inconsciente como descomprimida
de cinco
minutos de incertidumbre.
Éstas letras, las
cuales
tenían el
propósito de amarte
en el desconsuelo
obsesivo
y enérgico de
la memoria
en que se
acogen los versos premeditados
y se desangra
urgente
la poesía
adoptada de mi vientre
mientras el
universo, me muere en el tiempo.
Foto Antonio Correa
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