DOS LOCOS
EN DESA-CUERDOS
Se perdió en
el desnorte
de unas
cuántas gotas de alcohol,
de otras
tantas sonrisas,
de infinitos
deseos
y unas que
otras tristezas,
claudicó en
cada abrazo
descubierto de
insania,
y la
metamorfosis desnuda
de devociones
ingenuas
se jactaba de
la indigencia
puritana de
las almas
trasnochadas e
inocuas,
se partió los
labios en cada beso,
en cada
palabra eufórica,
en cada grito desgarrado
de aquellos que
celebraban codicias
en la rima del
próximo calendario,
se sintió tan
desocupado de si mismo
delatándose en
la estrechez
de la mirada
frívola del momento
y creyó perder
la esperanza
en la palidez
hipócrita del sentimiento,
pero la
esperanza lo encontró a él,
estaba allí,
respiraba moribunda
cabizbaja,
sentada, malherida,
con el frío perforándole
el alma
ante tanto
simulacro de alegría,
cruzaron
miradas desahuciadas,
se removieron
el pecho sin palabras,
y tomándole la
mano
la invitó a
venir con él,
se
preguntaron a si mismos
que celebran
ellos,
y se
respondieron sin deslices
la llegada de ambiciones
en el año nuevo,
caminaron el
camino sin pausas
pero
encendidos de fuego abierto,
y al roce
anónimo se pronunciaron
susurradas
oraciones cómplices
adónde los
instintos viven intensos,
ven
celebrémonos nosotros
que nuestra
celebración sea ésta,
la de estar
vivos
la de estar en
este momento
estar
explotado en los motivos
de celebrarnos
al unísono
al
advenimiento de nuestro encuentro.
foto Antonio Correa
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