viernes, 4 de enero de 2013

HUIR


HUIR

Ven, huyamos, fuguémonos,
hagamos del camino el camino,
escapémonos en las letras de los versos
en la conjugación explosiva
de todos los verbos
y encadenados a las poesías sin rimas
tan libres de libertad y sin medidas
orillemos sin estrofas los vientos.
No miremos hacia tras,
pirémonos desencadenados
de las puertas que cerradas
nos ultrajaban los sueños,
descubramos los círculos del camino
esos que nos bailan
en los ángulos de la mudez ampollada
de nuestros pies muertos,
vendamos sin precio nuestras raíces
entregándonos a la indecencia velada
de aquello que nos mal prohibieron,
descerrajándonos despiadados
todos los inventos no inventados
en nuestros atenazados cuerpos,
ahuyentémonos ciegos
en el desnudo tiempo
sin relojes de arena
ni máquinas de turno,
hagamos los vaivenes
que nos dicta el cielo
desenmascarando soles
en su despropósito pleno,
bebiéndonos el culto
de eternas nubes de café
mientras despuntamos
el ombligo de querernos,
sintamos al descubierto
los violines complacientes
que nos arañan la piel
alfombrada de estruendos,
y no será en vano
el momento elegido para irnos
mientras descubrimos
sin colapsos las madrugadas
que nos desparraman estrellas
en el camino nuestro
desanudándonos los erotismos
condenados de infierno.
Ven, escapemos, volemos,
sin más preámbulos
que el que nos arropa el sueño,
perdámonos en la insolencia
arrebatada del jolgorio en exceso
y en la clandestinidad oculta
esa de sabernos imperfectos
despleguemos la independencia alada,
sin murallas, sin barricadas, sin puertos.





foto Antonio Correa

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