HUIR
Ven, huyamos,
fuguémonos,
hagamos del
camino el camino,
escapémonos en
las letras de los versos
en la
conjugación explosiva
de todos los
verbos
y encadenados
a las poesías sin rimas
tan libres de
libertad y sin medidas
orillemos sin
estrofas los vientos.
No miremos
hacia tras,
pirémonos
desencadenados
de las puertas
que cerradas
nos ultrajaban
los sueños,
descubramos
los círculos del camino
esos que nos
bailan
en los ángulos
de la mudez ampollada
de nuestros
pies muertos,
vendamos sin
precio nuestras raíces
entregándonos
a la indecencia velada
de aquello que
nos mal prohibieron,
descerrajándonos
despiadados
todos los
inventos no inventados
en nuestros
atenazados cuerpos,
ahuyentémonos ciegos
en el desnudo
tiempo
sin relojes de
arena
ni máquinas de
turno,
hagamos los
vaivenes
que nos dicta
el cielo
desenmascarando
soles
en su
despropósito pleno,
bebiéndonos el
culto
de eternas
nubes de café
mientras despuntamos
el ombligo de
querernos,
sintamos al
descubierto
los violines
complacientes
que nos arañan
la piel
alfombrada de
estruendos,
y no será en
vano
el momento
elegido para irnos
mientras
descubrimos
sin colapsos
las madrugadas
que nos
desparraman estrellas
en el camino
nuestro
desanudándonos
los erotismos
condenados de
infierno.
Ven, escapemos,
volemos,
sin más
preámbulos
que el que nos
arropa el sueño,
perdámonos en
la insolencia
arrebatada del
jolgorio en exceso
y en la
clandestinidad oculta
esa de
sabernos imperfectos
despleguemos
la independencia alada,
sin murallas,
sin barricadas, sin puertos.
foto Antonio Correa
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