domingo, 6 de enero de 2013

EXISTIR


EXISTIR


Existo, entre la duda y el  misterio,
en lo paradójico e inverosímil
de un piropo en el desierto,
 y allí, donde la serpiente
muerde sin importar el lugar
y a cualquier precio, existo.
En la cuenta regresiva del candil
incendiado a futuro cierto,
y en el arrojo múltiple y vivo del pétalo
que se entrega muerto a su suerte, existo,
existo, en el mundo paranoico del insomnio
que me deletrea sin pausas el sueño,
 y en el bálsamo momentáneo
en que se curten deshojados  los cuerpos.
Existo, cuando en el conjuro inmediato
se arden a esperanza  todos los fuegos,
y en el placer de la morfina última
anunciando la llegada al cielo,
existo, en el exilio versátil y sin censuras
donde se comulgan todos los vuelos,
y  existo desde el dialecto diáfano
que perdura y se fragua más allá del viento,
y en el miedo escalofriante que paraliza
cuando me inmola y me abrasa el no puedo.
Pero también existo en las cosas simples
como en el beso cotidiano de una estrella
a la penumbra sin luz del firmamento,
o en el levantamiento originario
en que se glorifica la lucha del guerrero,
y existo en la mano extendida a la vida
buscando la alborada de todos los encuentros,
pero también existo en lo ecuménico y colosal,
allí, en la ceremonia ancestral y desinhibida
cuando el sol y la luna se eclipsan de sexo.
Pero más acá y más allá, también existo,
porque existo donde tú existes en el universo,
y existir en el infinito real donde tú existes
es allí,  sin más preámbulos, que tú,
eres la médula desde donde yo, me creo y existo.





foto Antonio Correa

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