lunes, 8 de abril de 2013

EVOCACIÓN


EVOCACIÓN

En las rendijas sin sangre
de aquellos tiempos
que atravesaron la gloria
de tu cuerpo de abril,
habita el recuerdo tuyo en mi,
sin desesperanzas
sin dudas, sin sílabas
que verter al olvido,
habita como se asaltan
el celo y la lujuria
en el arrebato no calculado,
entre el reloj a contramarcha
y el sin embargo todo sigue,
habita en el fanatismo a toda voz
que golpea el hartazgo sin fingir,
habita cuando se resumen los olores
en el tránsito a ojos cerrados,
en la confusión, en lo parco
y en la estampida vomitada
de las palpitaciones sin anunciar,
donde quiera que vaguen
los instantes concebidos
me habita el adverso
y reverenciado recuerdo de ti,
me habita en las letras desfloradas
y en el crujiente puente hacia el descuido,
en el testimonio del retrato
donde se lacran las arrugas a venir
y en la proyección inmoral
y obscena del credo cotidiano,
en todos los espacios y escenarios
me reside el recuerdo de ti,
y puedo sentirme seguro
que a pesar de todo,
de que te me habites implacable,
sin simulacros, incierta, cruel,
inerte de carnes y sanguinaria,
puedo sentirme seguro
que me asalta el festejo
y me mata de vida
la alegría de vivirte así.



pintura Antonio Correa

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