lunes, 22 de julio de 2013

AMALGAMA

AMALGAMA

Ella,
se emigró hacia las puertas desesperadas
de un abrazo, ese que le era tan esquivo.

Él,
le confió sus orígenes de par en par.
Le absolvió su devastada mirada,
tan sin llaves, tan trivial de musicalidad 
condonándola con un ramillete de soles.

Desde los acordes implacables de sus pies
él, le vistió el camino para la ocasión,
abrió su paraguas con la cadencia del albergue,
le ofreció sin cálculos el tiempo de las nubes
y desmontó los postigos de todos los eclipses
para despilfarrar, sin a veces y sin pausas el azar.

Ella, supo entreabrir una pestaña en sus labios
para escribir desde la sequía de su lluvia
augurios de melodías en un cielo abierto,
y recogió del mar desangrado, esos escándalos
que le arrimaban a sus piedras lanzadas
la alegría de sentir mojados sus encantos.

Más, a partir de todos esos entonces
nunca ni jamás supieron quién se emigró,
quién se confió de par en par
quién tenía las llaves o la musicalidad
quién un ramillete de soles,
de quién eran los pies implacables
de quién el camino vestido,
quién fue paraguas y quién albergue,
de quién el tiempo de las nubes
de quién los eclipses y el azar
de quién los labios de lluvia
de quién los augurios de cielo
de quién el mar y los escándalos
de quién la alegría y el encanto.


Simplemente saben, que se existen.




pintura Antonio Correa

1 comentario:

  1. ..Simplemente saben, que se existen... se necesita algo mas? Ya esta, es todo!! Excelente poema!!!

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