TESTIMONIO
IRREFUTABLE
Podremos
sabernos
de
cualquiera de las maneras.
Por
ejemplo, cuando nos vuelan los pájaros
en
el viento del vientre,
cuando
se desvelan los vinos
en
la oración salvaje de un beso
o
cuando humea de complicidad la lluvia
en
la creación cautiva del apetito.
De
tantas y muchas cosas más podremos percibirnos,
incluso
desde la adhesión visible del ombligo mutuo.
Así
y todo, también nos existe
esa
manera de dominarnos
esa,
la de agazaparnos en la sed de la estampida
cuando
nos prostituimos en el vicio sin ley,
o
esa, cuando se aturden sin miedos
la
ortografía y el incendio perfecto
de
los demonios amanecidos de viajes,
o
aquella, cuando se provocan de tactos sin páginas
las
caderas sin testamentos de la coincidencia.
Pero
al fin y al cabo, solo nos basta una
manera
para
conjurar la creación maldita del universo
despertar,
y mirarnos a los ojos.
pintura Antonio Correa
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