DESEO INCONCLUSO
¡ Quién pudiera atardecer
en el batir de los rezos
donde concluyen tus sonetos,
y presumir de incendios
en la certeza del ajedrez
donde tú, te reinas de jaque mate!
¡ Oh, quién pudiera !
¡ Quién pudiera guisarse
de victorias salvajes
en el instinto agitado
cuando los mundos se lamen
de existencia y de ingenuidad
en esa piel que te arranca
la voz insaciable de la histeria !
¡ Oh, quién pudiera !
¡ Quién pudiera enviciarse
de los enigmas y de
la osadía
cuando se eclipsan de ruegos
el léxico y los
gemidos
al extirparse sin privilegios
desde la virtud de tu vientre !
¡ Oh, quién pudiera !
¡ Maldito deseo, maldito apetito !
Es que tan solo tengo
mis putos labios vacíos
y el pubis de mi lengua en bronca.
Y todo se muere en ésta revoltosa,
sucia y escandalosa oración final,
en que me despoja este poema.
pintura Antonio Correa
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