CLAUDICAR
Bajo los ventanales sin bisagras
de la esdrújula liviandad tuya
se coquetean los abriles
con los principios de mayos.
A deshora, el encanto de tu enunciado
exprime los secretos de la lluvia.
Todo baja de ti a raudales,
sin disfraces y con muecas
de puntillas azoradas de luna llena,
todo se hambrienta de huérfanas
gargantas que desclavan virginidades.
Es medianoche,
hay desiertos de sombras y júbilos de ocasos
que desprenden sus alientos de bienvenida,
todo se propicia de océanos de sal
y de naufragios agitados de propósitos.
Más yo, me rindo ante la evidencia
en que se paladean el deseo y la locura.
pintura Antonio Correa
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