CRUZAR LA LÍNEA
Disfruto tu horizonte
desde la permanencia desnuda
de tus enjambres sin custodias,
disfruto con la avidez
elevada de encontrar tus lunas
sin sombras devoradas
sin prisas clandestinas
y en la bohemia de tus farolas,
me ruego en mis crucifijos
encendido de plegarias
sin persignarme para tus pecados.
Me deslizo a lo inexpugnable de ti
para provocar tus primitivos roces
en el aguardiente de tu identidad.
Las ofrendas se hormiguean
y se subliman sin rigidez,
se trepan transeúntes
las miradas al vacío
en la recreación subterránea
de los incipientes y postreros
tactos,
la nada se alaba de un todo
sin mezquinas entregas
sin vacilar en absurdo
y en la paciencia desprotegida
de ir al encuentro de lo súbito.
Entonces, el horizonte
se extingue y se goza
en el repertorio insuperable
donde se vive la complacencia.
Foto Antonio Correa
No hay comentarios:
Publicar un comentario