DONDE MUEREN
TODOS LOS ACASOS
Y LAS DUDAS
Acaso
las horas
tienen segundos
o acaso tienen
minutos
o simplemente
acaso nada tienen
porque las
horas no existen.
Acaso existe
el tiempo
o acaso ni
ello exista
porque el
tiempo
es soluble y desintegrable
al tiempo
mismo.
Y por qué
existe en mi la duda
de si las
horas son segundos
de si las
horas son minutos
de si las
horas son el tiempo
y si el tiempo
verdaderamente existe
y si esto que
escribo vive en ese tiempo
y si existe ese
tiempo en que esto escribo.
Será porque
este vino pecaminoso
me arranca el
desacuerdo donde mi cuerdo
se desvaría
entre fantasmas
de mi
existencia y de mi no existir,
por culpa del
descansado cansancio
en que la
razón del corazón
te sabe en los
acasos o en las dudas.
Pero la desesperada espera
tangible de
todos los tragos
me devuelve en
golpes a la cara
desencajados
sinónimos de alegría
cuando se me
precipita ese instante
donde se
mueren todos los acasos
y todas las
maldecidas dudas,
ese instante
en el que llegas tú
y te me
desnudas en los labios.
pintura Antonio Correa
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