DAME CORAZÓN,
LA PALABRA
Dame,
dame corazón este
instante
para que fluya
de mi
la palabra,
desamordazada y
sin treguas,
en gritos y a
raudales,
sagrada y
humana,
la palabra,
esa palabra
que se desvive
en versos y en cantos
para que queme
desde la
batalla a la victoria,
que entona
la trova y el himno
de libertad,
que se desabrocha
en la alegría
de la igualdad
y que se
desnuda
en la amplitud
de la equidad,
la palabra,
esa palabra
que se brota
coincidente en
la lucha constante,
que vibra
racional e
irracional desde el amor,
que explota
en la furia de
la injusticia,
que se
desgarra
de ternura
combatiente
y que se une
desde todos en una,
la palabra,
esa palabra
que se germina
esperanzada en
caminos soñados,
que se rebela
ante la
tiranía autoritaria,
que agita
la bandera
proletaria de la hermandad,
que seduce
desde el fuego
del pueblo soberano
y que se
impregna
de la sangre
sembrada de libertarios,
la palabra,
esa palabra
subversiva y
sin renuncias,
amanecida en
arco iris,
idealizada y hambrienta,
liberada y
alada en sueños,
penetrante y
desafiante,
para que
crujan los cimientos
de este
sistema impúdico
inmundo,
oligárquico y sádico,
la palabra,
esa palabra
que lo resume
todo en la esperanza
que nos habita
desde el combate
solidario,
valiente y sublimado,
la palabra,
esa palabra
donde nace,
crece y vive
en todos los
instantes la libertad.
pintura Antonio Correa
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