JUNIO Y EL FUEGO
Todo roza está noche de leña seca
el fuego se hace intenso y sin palabras.
El silencio de las entrañas
hace saber que la soledad provoca.
El alcohol moja el adulterio de los labios
se contienen la rabia y la esperanza
la máquina consume el pensamiento
y la espera se reconcilia con el sueño.
Se mueve la penumbra en la sombra
se rascan las pulgas desafiando la calma
el segundero se sonríe a la deriva
y no hay ventanas tras el fuego.
Bien se sabe que los milagros no vienen
los pies descalzos se lamen de deseos
se barajan la resistencia y el albedrío
y el síndrome de la paranoia golpea.
El sexo se cela en la huella de unos versos
el tejado impide el trueno de las estrellas
la descarnada y tenue luna de junio invita
y la apetencia moja la lengua del siempre.
Un trago más, varios acordes de guitarra.
Se desatan las puertas y la rebeldía.
La cumbre desafía. Es necesario comenzar el vuelo.
En el corazón el sueño, en los pasos la vida.
foto Antonio Correa
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